Aprende a preparar una receta de pan casero esponjoso, perfecta para quienes buscan un pan artesanal con miga suave y tierna, acompañado de una corteza fina y ligeramente crujiente.
Inspirada en las tradicionales sevillanas andaluzas, esta receta es ideal para disfrutar en desayunos con aceite de oliva, tapas con embutidos o para acompañar cualquier comida.
Con ingredientes básicos y un proceso sencillo, podrás conseguir en casa un pan que combina sabor, textura y frescura. Sigue los pasos detallados y dale tu toque personal.
Con esta receta de pan casero esponjoso, el éxito en la cocina está garantizado, y sorprenderás a tu familia y amigos con un pan irresistible.
INGREDIENTES DE LA RECETA
- 500 g de harina de fuerza
- 10 g de sal
- 10 g de azúcar
- 300 ml de agua tibia
- 10 g de levadura fresca (o 5 g de levadura seca)
- 20 ml de aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN DE LA RECETA DE PAN CASERO ESPONJOSO
Mezcla el agua tibia (no caliente) con la levadura fresca y el azúcar. Remueve hasta que se disuelva.
Deja reposar 10 minutos hasta que veas espuma en la superficie (esto indica que la levadura está activa).
En un bol grande, tamiza la harina y mezcla con la sal.
Haz un hueco en el centro y añade la mezcla de agua con levadura.
Incorpora el aceite de oliva.
Mezcla con una cuchara de madera o con las manos hasta que los ingredientes se integren.
Pasa la masa a una superficie ligeramente enharinada y amasa durante unos 8-10 minutos. Si usas amasadora, hazlo durante 5-7 minutos a velocidad baja.
La masa debe quedar suave, elástica y ligeramente pegajosa (puedes añadir un poco de harina si está demasiado húmeda, pero no en exceso).
Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente aceitado.
Cubre con un paño húmedo o film transparente y deja reposar en un lugar cálido durante 1-2 horas, hasta que doble su tamaño.
Desgasifica la masa presionándola suavemente y divídela en 6-8 porciones iguales (dependiendo del tamaño deseado).
Forma bollos alargados con la forma característica de las sevillanas.
Colócalos en una bandeja con papel de horno, dejando espacio entre ellos.
Cubre los panes con un paño seco y deja reposar otros 30-40 minutos hasta que aumenten de tamaño.
Horneado:
Precalienta el horno a 230°C con un recipiente con agua en la base para generar vapor (esto ayuda a que la corteza sea fina y crujiente).
Con un cuchillo afilado, haz un corte superficial a lo largo de cada pan.
Hornea los panes durante 10-15 minutos, luego retira el recipiente con agua y reduce la temperatura a 200°C. Hornea otros 10 minutos, o hasta que estén dorados y suenen huecos al golpearlos en la base.
Saca los panes del horno y colócalos en una rejilla para que enfríen completamente.
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