PATATAS FRITAS CRUJIENTES EL SECRETO

Descubre el secreto para hacer patatas fritas crujientes y conseguir un resultado delicioso y perfecto en casa.

¿Te has preguntado alguna vez cómo lograr que las patatas fritas queden crujientes por fuera y suaves por dentro?

El secreto está en un truco sencillo pero efectivo: las patatas fritas crujientes.

Este proceso asegura que las patatas queden doradas y crujientes, como las de las mejores freidurías. Con estos simples pasos, podrás disfrutar de unas patatas fritas irresistibles en tu propia cocina. Haz que cada bocado sea perfecto.

INGREDIENTES DE LA RECETA

• 4 patatas medianas (mejor si son de tipo harinoso, como las patatas para freír)
• 2 cucharadas de maicena (almidón de maíz)
• Aceite de girasol o de oliva suave (suficiente para freír)
• Sal (al gusto)

PREPARACIÓN DE LA RECETA DE PATATAS FRITAS CRUJIENTES

Pela las patatas y córtalas en tiras del grosor que prefieras para tus patatas fritas. Si las quieres más finas, estarán más crujientes.

Coloca las tiras de patatas en un recipiente con agua fría y lávalas bien. El objetivo es eliminar el exceso de almidón, lo que hace que queden más crujientes. Cámbiales el agua un par de veces hasta que quede limpia.

Una vez que hayas lavado las patatas, es importante secarlas completamente con un paño limpio o papel de cocina. Cuanto más secas estén, más crujientes quedarán al freírlas.

Coloca las patatas secas en un recipiente grande y añade las 2 cucharadas de maicena. Remueve bien para que las patatas queden ligeramente cubiertas por el almidón. Este paso es clave para conseguir el crujiente perfecto.

Calienta suficiente aceite en una sartén grande o freidora. La temperatura ideal es de unos 180°C.

Fría las patatas en tandas pequeñas para evitar que se amontonen. Esto asegura que se frían de manera uniforme.

Fría durante unos 5-7 minutos o hasta que estén doradas y crujientes. Si las prefieres más crujientes, déjalas un poco más en el aceite.

Cuando las patatas estén listas, sácalas con una espumadera y colócalas sobre un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Salpica sal al gusto mientras aún están calientes para que se adhiera bien.