Tarta de galletas cremosa irresistible y fácil
La tarta de galletas cremosa se ha convertido en una de las recetas virales más compartidas en redes sociales, y no es para menos.
Su textura suave, el contraste entre capas de galleta y crema, y lo sencilla que resulta de preparar la han convertido en una auténtica sensación para quienes buscan un postre rápido y delicioso.
Una de las razones principales de su éxito es que no requiere horno, lo cual la hace ideal para cualquier época del año.
Basta con unas galletas rectangulares, una crema sedosa y un poco de tiempo de reposo en el congelador para obtener un resultado que parece sacado de una pastelería.
Además, es un postre versátil: puedes servirlo en reuniones familiares, celebraciones especiales o incluso como un capricho entre semana.
Lo mejor es que los ingredientes son muy fáciles de conseguir y económicos, lo que la convierte en una receta al alcance de todos.
Otro punto a favor es su presentación. Una vez reposada y cortada en cuadrados, la tarta de galletas cremosa luce elegante y apetecible, perfecta para sorprender a invitados sin necesidad de técnicas complicadas de repostería. Incluso quienes no suelen cocinar quedarán encantados con lo sencillo del proceso.
Finalmente, esta receta permite múltiples variaciones, lo que explica por qué tantas personas la comparten y reinventan a su manera.
Con un toque de cacao, un licor suave o frutas frescas entre capas, se puede adaptar a todos los gustos. No es de extrañar que se haya hecho viral: es rápida, económica, deliciosa y siempre conquista a quien la prueba.
Ingredientes de la receta de tarta de galleta cremosa
- 3 huevos
- 150 g de azúcar
- 70 g de almidón de maíz (maicena)
- 10 g de vainillina o esencia de vainilla
- 700 ml de leche entera
- 150 g de queso crema tipo Philadelphia
- 18 galletas rectangulares
Tiempo de preparación
- Preparación: 25 minutos
- Reposo en congelador: 4-5 horas
- Tiempo total: 4 horas y 30 minutos aprox.
Preparación de la tarta de galleta cremosa paso a paso
Preparar la crema: en una cacerola amplia, bate los huevos con el azúcar hasta que estén bien integrados. Añade poco a poco el almidón de maíz y la vainillina, asegurándote de que no queden grumos.
Incorporar la leche: vierte la leche caliente en la mezcla sin dejar de remover. Coloca la cacerola a fuego medio y cocina lentamente hasta que la crema espese y adquiera una textura suave y firme.
Enfriar y enriquecer: retira del fuego, deja templar la crema y, cuando ya no esté caliente, añade el queso crema. Mezcla con movimientos envolventes hasta que quede sedosa.
Montar la tarta: coloca una capa de galletas rectangulares en un molde cuadrado o rectangular, vierte encima parte de la crema y extiéndela bien. Repite alternando capas de galletas y crema hasta terminar con crema en la parte superior.
Reposo imprescindible: cubre el molde con film transparente y lleva al congelador durante al menos 4-5 horas para que la tarta se asiente y adquiera la consistencia adecuada.
Servir: desmolda con cuidado, corta en cuadrados iguales y sirve fría.
Consejos para un resultado perfecto
Remueve constantemente la crema para que no se formen grumos.
Usa galletas rectangulares tipo María o Digestive, ya que absorben la crema sin deshacerse demasiado.
Si prefieres un toque más dulce, moja las galletas en café, leche con cacao o licor suave antes de montarlas.
Para una presentación más vistosa, decora con cacao en polvo, virutas de chocolate o frutas rojas.
Variantes de la receta
Con chocolate: añade 2 cucharadas de cacao en polvo a la crema.
Con frutas: intercala rodajas de plátano o fresas entre capas.
Más ligera: sustituye el queso crema por yogur griego natural.
Más crujiente: agrega frutos secos troceados entre las capas.