Patatas gratinadas al horno irresistibles
Las patatas gratinadas se han convertido en uno de los platos más buscados en internet y en redes sociales. ¿La razón? Su sencillez, su sabor cremoso y su irresistible capa de queso dorado que conquista a cualquiera.
Aunque es una receta tradicional, en los últimos tiempos ha vuelto a viralizarse gracias a su versatilidad y a lo fácil que es prepararla en casa sin necesidad de ser un chef profesional.
En muchos hogares se ha convertido en un acompañamiento infaltable, pero también en un plato principal que gusta a toda la familia. Y es que pocas cosas resultan tan reconfortantes como unas rodajas de papa tiernas, bañadas en crema y gratinadas con queso hasta conseguir ese dorado perfecto que abre el apetito al instante.
El atractivo de las patatas gratinadas también radica en que permiten variaciones infinitas. Algunas personas prefieren añadir cebolla caramelizada, otras un toque de jamón o panceta, y hay quienes las enriquecen con quesos más intensos. Todo depende del gusto y del momento, pero el resultado siempre es delicioso.
Otro de los motivos de su éxito es que es una receta económica y con ingredientes fáciles de conseguir. No requiere técnicas complicadas ni utensilios especiales, solo ganas de cocinar y disfrutar. Esto ha hecho que se multipliquen los vídeos y fotos de patatas gratinadas en redes, convirtiéndose en un fenómeno viral.
Además, son perfectas para cualquier ocasión: desde una comida de diario hasta una cena especial. Siempre se ven elegantes en la mesa, desprenden un aroma irresistible y garantizan que nadie quede indiferente. En definitiva, hablamos de un plato que ha traspasado fronteras y que hoy triunfa en todo el mundo.
Ingredientes par la receta de patatas gratinadas
- 4 papas medianas
- 1 taza de crema de leche o nata
- 1 taza de queso mozzarella rallado (puedes mezclar con parmesano o cheddar)
- 2 dientes de ajo (opcional, para más sabor)
- 2 cdas de mantequilla
- Sal y pimienta al gusto
- Nuez moscada (opcional, un toque especial)
- Perejil fresco para decorar
Tiempo de preparación
- Preparación: 15 minutos
- Cocción: 45 minutos
- Total: 1 hora
Preparación de patatas gratinadas paso a paso
Primero, lava bien las papas, pélalas y córtalas en rodajas finas, de aproximadamente 3 mm. Esto permitirá que se cocinen de forma uniforme.
A continuación, engrasa una fuente para horno con la mantequilla, extendiéndola bien por toda la superficie. De esta manera evitarás que se peguen y añadirás un sabor extra.
Si decides usar ajo, frótalo por la base de la fuente para que el gratinado adquiera un aroma más intenso.
Coloca una capa de papas en el fondo, añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada. Luego, vierte un poco de crema de leche y espolvorea con queso rallado.
Repite el proceso con capas sucesivas de papas, crema y queso, hasta terminar con todos los ingredientes. Es importante que la última capa lleve abundante queso.
Finalmente, lleva la fuente al horno precalentado a 180 ºC y hornea durante unos 40-45 minutos, hasta que las papas estén tiernas y la superficie presente un gratinado dorado y crujiente.
Antes de servir, deja reposar unos minutos y decora con perejil fresco picado.
Consejos para que las patatas gratinadas queden perfectas
Corta las papas finas y del mismo grosor para que se cocinen de manera pareja.
Mezcla diferentes tipos de queso para un sabor más complejo y sabroso.
Deja reposar unos minutos fuera del horno antes de servir, así los sabores se asientan mejor.
Variantes de la receta
Con cebolla caramelizada: aporta dulzor y contraste.
Con jamón o panceta: ideal para hacerla más contundente.
Versión ligera: usa leche evaporada en lugar de nata.
Patatas gratinadas vegetarianas: añade calabacín o berenjena en capas alternas.
Con qué acompañar las patatas gratinadas
Las patatas gratinadas son un acompañamiento ideal para carnes asadas, pollo al horno o pescado al vapor. También funcionan como plato único si se sirven con una ensalada fresca.
Cómo conservar las patatas gratinadas
Puedes guardar las patatas gratinadas en la nevera hasta 3 días en un recipiente hermético. Para recalentarlas, lo mejor es usar el horno a baja temperatura para que recuperen su textura sin secarse. También pueden congelarse, aunque lo ideal es consumirlas recién hechas.
