Tarta de galleta y flan casera, fácil y deliciosa
La tarta de galleta y flan se ha convertido en una de las recetas más buscadas en los últimos meses, y no es casualidad.
Esta combinación sencilla de galletas y flan logra un postre espectacular que encanta tanto a grandes como a pequeños. Además, su preparación es muy fácil y no requiere horno, lo que la hace accesible para todo el mundo.
Su popularidad se debe también a la presentación: en un molde de cristal rectangular, las capas perfectamente definidas de galletas y flan crean un efecto visual muy atractivo.
Al cortarla, cada porción queda firme y con un aspecto irresistible, gracias a la textura más consistente que la de unas natillas.
En redes sociales, esta receta se ha hecho viral porque combina lo mejor de la repostería casera con la comodidad. Es un postre fresco, ideal para preparar con antelación, y que no falla en cumpleaños, celebraciones familiares o simplemente como capricho dulce después de una comida.
Otro motivo de su éxito es su versatilidad. Aunque la receta clásica utiliza galletas rectangulares y flan, se pueden hacer variaciones con diferentes tipos de galletas, aromas o decoraciones. Esto permite personalizarla fácilmente y sorprender cada vez con un toque nuevo.
En definitiva, la tarta de galleta y flan es mucho más que un simple postre: es tradición, sabor y practicidad en un mismo bocado. Si aún no la has probado, este es el momento perfecto para descubrir por qué tantos la consideran una de las mejores recetas caseras del momento.
Ingredientes de la receta de tarta de galleta y flan
- 2 paquetes de galletas rectangulares tipo María o similares
- 1 litro de leche entera
- 1 sobre grande de preparado para flan (o 2 pequeños)
- 6 cucharadas de azúcar
- Caramelo líquido para decorar
- Un poco de leche con esencia de vainilla o café para mojar las galletas
Tiempo de preparación
- Preparación: 20 minutos
- Reposo en nevera: mínimo 4 horas (mejor de un día para otro)
- Tiempo total: 4 horas y 20 minutos
Preparación de la tarta de galleta y flan paso a paso
En primer lugar, prepara el flan siguiendo las instrucciones del sobre, calentando la leche con el azúcar y el preparado. Es importante remover constantemente para que no se pegue y lograr una textura cremosa y firme.
Mientras tanto, en un recipiente aparte, mezcla un poco de leche con vainilla o café para mojar las galletas. No las empapes demasiado, solo lo justo para que se ablanden ligeramente.
Coloca una primera capa de galletas rectangulares en la base de un molde de cristal rectangular, procurando que encajen bien unas con otras.
A continuación, vierte una capa de flan todavía caliente sobre las galletas, extendiéndolo con cuidado para cubrir toda la superficie.
Repite el proceso alternando capas de galletas y flan hasta terminar con una capa de galletas en la parte superior.
Finalmente, decora la capa final con hilos de caramelo líquido.
Deja enfriar a temperatura ambiente y luego lleva la tarta a la nevera durante al menos 4 horas, aunque lo ideal es dejarla reposar toda la noche para que quede perfecta al corte.
Consejos para que la tarta de galleta y flan quede perfecta
No mojes demasiado las galletas, ya que podrían romperse y arruinar las capas.
Es fundamental dejar reposar bien la tarta: cuanto más tiempo pase en la nevera, más firme quedará.
Usa un molde de cristal rectangular para que las capas luzcan al servir.
Si quieres un sabor más intenso, añade cacao en polvo al flan o alterna alguna capa con crema de chocolate.
Variantes de la receta
Con chocolate: sustituir una de las capas de flan por crema pastelera de cacao.
Con frutas: añadir rodajas de plátano o fresas entre capa y capa.
Galletas integrales o de canela: para un sabor diferente y más aromático.
Con qué acompañar la tarta de galleta y flan
La tarta de galleta y flan combina de maravilla con café, té o un vaso de leche fría.
También es perfecta como postre tras una comida ligera, ya que aporta un punto dulce sin resultar pesada.
Cómo conservar la tarta de galletas y flan
Guarda la tarta siempre en la nevera, bien cubierta con film transparente para evitar que absorba olores. Se conserva perfectamente durante 3 o 4 días, manteniendo su textura y sabor.