Veremos cómo hacer cebolla caramelizada o confitada de manera natural, sin necesidad de usar azúcar. La cebolla caramelizada aparte de ser por sí misma un manjar, se puede emplear de distinta forma, también como acompañamiento de diferentes platos, en ensaladas, tortillas, hamburguesas, carnes y pescados a la plancha, pastas, quesos, pizzas, etc. El resultado es increíble, pero por supuesto, como todas las cosas que requieren de paciencia, mucho mejor si disponemos de ella.
En esta receta, queremos que el azúcar que trae incorporado la propia cebolla se caramelice alrededor de las hebras, sin necesidad de emplear azúcar añadido, que, si bien es cierto, sería un proceso más rápido, el resultado no es, ni mucho menos, el mismo.
INGREDIENTES
- 1 cebolla grande
- Aceite de oliva virgen extra
- Una pizca de sal al gusto
- Unas gotas de vinagre
PREPARACIÓN
Quitamos la piel a la cebolla, la partimos en dos por su eje y la cortamos en julianas, es decir queremos obtener hebras en forma de medias lunas.
En una sartén u olla apropiada en tamaño a la cantidad de cebolla que deseamos emplear, ponemos en su base un chorro de aceite de oliva virgen extra, la cantidad de aceite dependerá del tamaño de la sartén, queremos que toda su base quede cubierta por completo de aceite, no más, justo lo que ocupa su base recubierta de una fina capa de aceite.
Dejaremos calentar el aceite a fuego medio bajo e introducimos las julianas de cebolla.
Aunque parezca mucha cantidad, en el proceso de caramelización va a reducir muchísimo, por lo tanto, es necesario emplear una buena cantidad de cebolla.
Moveremos con frecuencia con ayuda de una paleta de cocina, y dejaremos que siga cocinando a fuego bajo.
La cebolla irá reduciendo y cambiando de color, primero amarillenta y luego, por último, se irá tornando oscura, este es el indicativo de que ya la tenemos.
El tiempo necesario va a depender de la cantidad de cebolla y de la potencia del fuego, nosotros para esta receta, con una sola cebolla, la hemos tenido casi una hora cocinando, pero recordar que es muy importante siempre a fuego medio bajo.
Cuando la cebolla se torne en finísimos hilos casi transparentes de color oscuro, será que ya la tenemos, entonces le podemos poner una pizca de sal al gusto, y unas gotas, no muchas, de vinagre, que le dará un contra punto al dulzor, haciéndolo más apetecible, mezclamos bien y ya podemos retirar del fuego.